Cómo dije la semana pasada, a partir de ahora los viernes iba a daros una receta de algo especial que me hubiera gustado durante la semana. No se si recordaréis, que el día de Reyes mis padres me trajeron para cenar arancini, ¡qué ricos! Son unas bolas de arroz rellenas típicas de Sicilia, que están... ¡ñaaam! Allí puedes comerlos con diferentes rellenos, pero el más típico es el relleno de ragú. ¡Aquí va la receta!
Ingredientes
350 grs. de arroz arborio
1,2 litros de caldo
2 huevos
azafrán en hebra
2 cucharadas de queso rallado tipo sardo
100 grs. de guisantes hervidos al ‘dente’
350 cc. de ragú
1 litro aceite para freír
Para rebozar: cantidad necesaria de harina, 6 huevos batidos, cantidad necesaria de pan rallado
Preparación:
Hervir el arroz como si fuera un ‘risotto’ con un litro y un poquito más de caldo salado a gusto y con el azafrán previamente disuelto en agua tibia. Para hacerlo como si fuera risotto, hay que cocerlo con un poco caldo, añadiéndole poco a poco más caldo hasta que esté en su punto y dándole vueltas constantemente para que suelte el almidón, pero debe quedar bien sequito. Incorporar entonces 2 huevos batidos y dos cucharadas colmadas de queso rallado. Dejar enfriar completamente sobre un recipiente limpio y aceitado extendiéndolo con una cuchara de madera.
Para preparar el ragú, haga un fondo con dos cucharada de aceite de oliva, una cebolla cortada, una zanahoria pequeña rallada, una penca de apio pequeña cortada y una hoja de laurel. Hacer el sofrito con todos los ingredientes y agregar la carne picada; cocinar unos minutos mezclando para que la carne no quede a pelotitas. Agregar medio litro de pulpa de tomate triturada y un toque de vino tinto. Salpimentar a gusto. Cocinar a fuego lento hasta lograr una consistencia mas bien densa.
Preparar el relleno mezclando los guisantes hervidos con el ragú. Dejar enfriar. Con el arroz, ayudándonos con las palmas de las manos, formar pelotitas del tamaño de una naranja pequeña (de ahí su nombre) ahuecarlas y poner una cucharada de relleno. Cerrar con un poco más de arroz. Pasar por harina, huevos batidos y pan rallado. Freír la cantidad que se vaya a comer, en abundante aceite caliente hasta dorar. Pueden comerse caliente o tibias, nunca frías.
Mis papis trajeron una de estas y otra rellena de espinacas y queso... ¡qué buenos!
Un besito a todos :)
